Cómo redactar la justificación de un curso
La justificación de un programa de formación busca compartir con las directivas, los profesores y, especialmente, los estudiantes las consideraciones más relevantes del proceso de enseñanza – aprendizaje que está por iniciar.
En otras palabras, narra el por qué es importante el curso dentro del programa de estudio, teniendo presente la pertinencia, la oportunidad y la relevancia de sus contenidos y cómo estos tributan al desarrollo de las competencias o el cumplimiento de objetivos de aprendizaje.
La justificación pedagógica
Una de las primeras tareas en el diseño y actualización de un curso académico es la definición de su justificación pedagógica, es decir, la exposición del por qué es importante el programa dentro proceso de enseñanza – aprendizaje.
La misma se escribe en simultáneo con los objetivos o las competencias del aprendizaje, según las instrucciones que entrega el modelo pedagógico de la Institución, pues son elementos instruccionales que se correlacionan.
En otras palabras, la justificación expone los beneficios que espera lograr la culminación del proceso.
Estos beneficios pueden ser:
- Académicos.
- Científicos.
- Culturales.
- Económicos.
- Sociales.
- Técnicos.
Identificación del problema
Para lograr una justificación suficiente y oportuna es necesario identificar -de manera precisa- el problema o la necesidad que se pretende solucionar.
Atención: no se trata de construir una lista de problemas, sino de identificar cuál es la situación principal y cómo ella se vincula con las realidades y el perfil de egreso de los estudiantes.
Hay que tener presente que intentar una solución a varios problemas puede ocasionar frustración en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Aquí es importante considerar lo que mencionan Elkins & Pinder (2015): “dado que no todos los problemas tienen soluciones en procesos de formación, es importante comprender a fondo la situación real para poder encontrar la mejor manera de resolverlo”.
Las siguientes preguntas orientan la identificación del problema principal:
- ¿Cuál es el problema?
- ¿Qué lo causó?
- ¿Dónde se presenta?
- ¿Hace cuánto comenzó?
- ¿La situación es persistente?
- ¿La misma ha ocurrido alguna vez?
- ¿Cuáles son las situaciones que ocurren alrededor del problema?
- ¿Alguien ha intentado dar solución al problema? ¿Qué intentaron para solucionarlo y cuáles fueron los resultados?
- ¿Cómo fue descubierto el problema?
- ¿Cuáles son las consecuencias si el problema continúa?
- ¿Cuáles son los beneficios si el problema se soluciona o disminuye?
- ¿Hay problemas legales o de cumplimiento involucrados?
El subtexto de la justificación intenta dar respuesta a estas preguntas. Es función del diseñador instruccional (o quien esté diseñando el curso) lograr una justificación sucinta que englobe todo lo anterior.
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Validación de la justificación
Una vez definida la justificación, según Elkins & Pinder (2015), es posible encontrar respuesta a las siguientes preguntas:
- ¿El programa de formación logra resolver el problema o la necesidad?
- Cuando el curso no entrega solución ¿ayuda a solucionar el problema o la necesidad de alguna forma?
- ¿Quiénes conforman el grupo de aspirantes del curso?
- ¿Qué profesionales deberían involucrarse en el diseño y desarrollo del curso?
- ¿A qué objetivos o competencias de aprendizaje apunta el programa de formación?
- ¿Qué contenidos, formatos y narrativas deberían considerarse en el diseño y la producción del curso?
- ¿Qué estrategias didácticas lograrían un mejor resultado de aprendizaje?
- ¿Cuál sería la mejor metodología de enseñanza – aprendizaje?
Extensión de una justificación pedagógica
No existe un consenso sobre la amplitud de la justificación de un curso.
Es común que las guías de aprendizaje recomienden al diseñador instruccional elaborar un texto de dos o tres párrafos. Sin embargo, es recomendable que la justificación sea suficiente en su exposición y dé respuesta al mayor número de preguntas anteriores.
Una alternativa, para dar respuesta a las guías de aprendizaje, es elaborar una justificación concisa, que no supere las 200 palabras. Luego, durante el inicio del proceso de enseñanza – aprendizaje, viene bien presentar a los estudiantes una justificación extendida, que les permita -incluso- conversar y colaborar alrededor de ella.
Lo importante es que los actores del proceso tengan presente por qué es importante el curso.
Ejemplo de justificación pedagógica
Para el curso «Ética de la Comunicación» de la Universidad de Antioquia, se propuso la siguiente definición:
De acuerdo con la Estructura Curricular que describe el programa en Comunicación Social – Periodismo (específicamente en el área básica), donde se menciona la intención de formar comunicadores con un perfil humanista y social, que tengan las herramientas teóricas y metodológicas para la interpretación, comprensión e indagación de la vida social, nacional e internacional, este curso apunta al desarrollo de competencias que permitan al futuro profesional de las comunicaciones reflexionar, analizar, criticar, valorar y diseñar situaciones, recomendaciones y políticas donde la ética y la ética profesional tienen incidencia.
Para el logro de lo anterior, el curso propone un conjunto de actividades de aprendizaje y evaluación (diagnóstica, formativa y evaluativa) orientadas al saber, saber hacer y saber ser.
Aunque el curso es de tipo teórico, se proponen actividades con una orientación teórico – práctica, procurando un proceso colaborativo y participativo, que permita un aprendizaje significativo.
En lo disciplinar, el curso se propone cuatro grandes unidades de aprendizaje, a saber: denotación, connotación, ética y estado, y estudio de casos.
Como producto final, se propone la producción de un recurso interactivo que recoge las reflexiones en ética y moral que se desarrollaron durante el curso.
A modo de conclusión
En conclusión, la justificación pedagógica es una exposición sucinta que identifica y describe las razones por las cuales el curso que inicia, teniendo presente el objeto de estudio, la metodología de aprendizaje, las estrategias didácticas y las necesidades y expectativas de los discentes.
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Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
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