Cómo escribir competencias de aprendizaje
Los modelos pedaǵogico-curriculares basados en competencias de aprendizaje son cada vez más comunes en instituciones educativas, tanto de nivel medio como superior.
Esta orientación en el diseño instruccional permite identificar y describir con mayor precisión cuáles son los resultados de aprendizaje que espera lograr el estudiante, además de entregar aproximaciones sobre las estrategias pedagógicas y los materiales didácticos que puede aprovechar el profesor.
Por su parte, el diseño de programas académicos basados en objetivos de aprendizaje comienza a disminuir. Sin embargo, aún existen instituciones de educación y programas de formación y entrenamiento empresarial que dan cabida a ellos.
Incluso, existen diseños instruccionales duales, es decir, propuestas de formación que dan espacio a los objetivos y las competencias de aprendizaje.
Sea uno u otro, es importante que el diseñador instruccional tenga claro cómo identificar, describir y presentar los objetivos o las competencias de aprendizaje.
¿Qué es una competencia de aprendizaje?
Existen diferentes acepciones sobre el concepto “competencia”.
Una de estas se relaciona con la disputa o la confrontación, que da lugar a escenarios competitivos (sean personales o sociales).
Este significado es válido, toda vez que las competencias buscan alinearse con las realidades personales, sociales y laborales de los próximos profesionales, donde la competitividad es cada vez más relevante.
Por otra parte, las competencias también se refieren a la pericia, la aptitud o la idoneidad de una persona para ejecutar determinadas tareas.
Lo anterior da lugar al adjetivo “competente”, que toma relevancia en los procesos de evaluación. Así, el proceso educativo basado en competencias de aprendizaje busca que el estudiante sea una persona competente en determinados escenarios de trabajo o realización personal.
De manera más general, según el sitio web Ubits (2023), las competencias describen los conocimientos, las habilidades y las actitudes que requiere un profesional para realizar una tarea específica de manera efectiva y eficiente. Asimismo, en el campo laboral, permiten el crecimiento y el desarrollo de aptitudes laborales, la gestión del talento humano y el aprendizaje continuo.
Estructura de una competencia de aprendizaje
La competencia de aprendizaje está conformada por cuatro elementos sintácticos:
- Verbo.
- Objeto.
- Uso.
- Condición de calidad.
Verbo de la competencia
El verbo define la acción que busca la competencia. Para explicarlo desde otra dimensión, es la “Llamada a la Acción” (o Call To Action, como se conoce en inglés) que se espera del estudiante.
Es importante que la acción definida sea observable directamente, es decir, que tanto estudiantes como profesores pueden evidenciar el quehacer que propone la competencia.
Verbos como “pensar” o “imaginar” son efímeros y dificultan la atención, valoración y evaluación de la misma.
Los estudios taxonómicos de Bloom, Harrow, Krathwohl y Churches sirven como fuente de consulta para la definición del verbo.
Objeto de la competencia
Por su parte, el objeto describe el saber fundamental al que apunta la competencia. En otras palabras, es donde recae la acción, es el qué de la competencia.
El sitio web Tumaestro.co (2023) identifica este elemento como el contenido, y lo describe como el tema o el área de conocimiento donde tiene acción la competencia.
Para comprender la sintaxis, revisemos un ejemplo de verbo y objeto de competencia:
Realizar procedimientos eléctricos y electrónicos en vehículos de transporte particular.
El verbo “realizar” puede ser observado y medido directamente por los actores educativos.
En cuanto al objeto, “procedimientos eléctricos y electrónicos en vehículos de transporte particular” describe el escenario donde ocurre la acción.
Es preciso indicar que el objeto de la competencia debe declararse de la manera más suficiente posible, pues orienta y contextualiza a los estudiantes y los profesores.
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Para qué de la competencia
Continuando, el tercer elemento de la competencia describe la función y utilidad de las habilidades y las destrezas que se proponen desarrollar.
Este elemento sintáctico identifica el problema que pretende solucionar la competencia, sea parcial o totalmente.
En términos laborales, el uso de la competencia funge vínculo entre la academia y el sector productivo, toda vez que justifica la pertinencia del programa de formación.
Continuando con el ejemplo, la competencia puede ampliarse a:
Realizar procedimientos eléctricos y electrónicos en vehículos de transporte particular para la prevención, atención y reparación de sistemas de refrigeración.
Condición de calidad de la competencia
Por último, la competencia requiere un indicador de calidad, que permita a los aprendices e instructores conocer el nivel mínimo de satisfacción sobre la acción que se busca realizar.
Este elemento sintáctico puede compararse con una rúbrica de evaluación, donde se identifica cualitativa y -si aplica- cuantitativamente las condiciones de cumplimiento y satisfacción de una actividad de aprendizaje.
Así pues, la competencia completa se expresa:
Realizar procedimientos eléctricos y electrónicos en vehículos de transporte particular para la prevención, atención y reparación de sistemas de refrigeración, de acuerdo a los estándares de producción que define el fabricante, las condiciones atmosféricas de la región y las políticas de atención al cliente que describe la organización.
Cómo redactar una competencia
Para una exposición diferente (apuntando a otros estilos de aprendizaje) y extendida, se recomienda la siguiente sesión del curso “Diseño de proyectos educativos digitales” de la Universidad de Antioquia.
Este material realiza un recorrido por las competencias de aprendizaje, teniendo presente la propuesta del Modelo Educativo Crítico con Enfoque por Competencias del pedagogo Manuel Unigarro.
A modo de conclusión
El diseño de programas académicos exige, entre otros, la definición de objetivos o competencias de aprendizaje, dependiendo del modelo pedagógico que guía el ejercicio.
Unos u otros, estos elementos indican la finalidad del curso, es decir, los objetivos y las competencias precisan a dónde se espera llegar con el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Sin embargo, en los últimos años, el diseño por competencias ha logrado mayor relevancia entre los académicos, pues permite ser más descriptivo en lo que busca el curso, además que se alinea con mayor precisión a las realidades personales, sociales y laborales de los futuros profesionales.
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Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
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