¿Cuáles son los objetivos de la comunicación?

La comunicación tributa al logro de diferentes metas, sea directa o indirectamente. Con ella es posible desde programar una reunión entre amigos hasta elegir el gobernante de un territorio, que asume el poder sobre un grupo de personas.

Al final, la comunicación está presente en todo momento y lugar de la existencia humana.

Sobre el límite de sus objetivos, algunos profesionales listan múltiples verbos que dan ideas sobre su alcance. Sin embargo, desde la teoría y para hacerlo sencillo, la comunicación apunta a tres grandes finalidades: informar, formar y entretener.

A partir de allí se derivan todas las demás acciones comunicativas.

El objetivo de informar

Informar es la forma más básica de la comunicación, pero no por ello prescindible.

Este objetivo de la comunicación se refiere a la acción de compartir datos e informaciones que logran transformar las realidades y los conocimientos del perceptor alrededor de un asunto o una experiencia.

Por ejemplo, anotar el pronóstico del tiempo permite a las personas tomar decisiones sobre el tipo de atuendos que llevarán y programar la movilidad de su casa al trabajo.

La comunicación informativa, entonces, influye en las acciones, actitudes y decisiones de las personas, gracias a la entrega de nuevos datos e informaciones.

Ahora, para que el proceso informativo sea efectivo, se deben cumplir distintos criterios de calidad. Aquí es donde toman lugar los profesionales de la comunicación y el periodismo. Ellos trabajan bajo lineamientos de imparcialidad, veracidad, suficiencia y oportunidad, entre otros.

De ahí que la comunicación sea una competencia relevante en el siglo XXI, pues vivimos en un mundo atiborrado de datos e informaciones que requieren una exhaustiva curación para la toma de decisiones acertadas.

El objetivo de formar

Por definición, la comunicación también es educación. De ahí la idea de que «las clases no se dictan; se comunican».

Para dejarlo más claro, la comunicación formativa es la que realizan -por excelencia- los maestros y profesores. Ellos, al igual que en la comunicación informativa, comparten datos e informaciones con el público, de manera veraz, suficiente, pertinente, oportuna, entre otros.

La diferencia entre estos dos objetivos es que la formación busca el desarrollo de competencias y la re-significación del conocimiento, apoyándose en reflexiones, propuestas, experiencias, valoraciones y percepciones.

Además, la educación se soporta en un conjunto de valores éticos y significados propios de la cultura donde se presenta.

Ahora, la formación no solo se circunscribe en las aulas de clase.

Las organizaciones empresariales, por ejemplo, apuestan por este tipo de comunicación durante sus procesos de gestión de conocimiento. Estos procesos buscan recuperar información, conocimiento y experiencia para entregarse a los demás colaboradores y hacer transferencia de conocimiento a otras organizaciones.

La comunicación familiar también es formativa, en el entendido que padres y tutores orientan a los menores en la construcción de su proyecto de vida. A través del ejemplo, la reflexión, el diálogo horizontal y la aplicación de valores, los niños y jóvenes aprenden sobre cómo enfrentar los nuevos desafíos.

Por último, una habilidad clave que debe desarrollar todo comunicador formativo es la didáctica, entendida esta como el estudio y la aplicación de técnicas y métodos de enseñanza. El punto es: comunicar para la formación exige mucho más que la comunicación informativa.

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El objetivo de entretener

Por último, la comunicación también está presente en los momentos de placer, esparcimiento, distracción o diversión de las audiencias.

Esta puede evidenciarse tanto en los contenidos que logran los mismos comunicadores y periodistas como en historias, videojuegos, piezas musicales, teatro, arte visual y cualquier otra representación artística, entre otros.

La comunicación para el entretenimiento es todo un reto para los creadores de contenidos pues apela directamente a las emociones de la audiencia, buscando el logro de experiencias memorables. Una pregunta -para nada retórica- es: ¿cómo lograr el deleite, la emoción y la sonrisa desde un contenido?

Ahora, para complejizar la situación, el entretenimiento (que puede apoyarse en el humor y el placer) depende de los significados culturales de la audiencia. Así, un comentario jocoso para un territorio puede no entender o -peor aún- malentenderse en otro. El equilibrio en la narrativa es clave en el aumento de la cobertura del contenido.

Por último, el entretenimiento puede permear los otros objetivos de la comunicación, toda vez que este es más cercano y persuasivo

Por ejemplo, el grupo teatral “El Águila Descalza”, a través de su obra “La Patria Boba”, realiza un recorrido por la historia de Colombia (informar) y anota y critica algunos hitos de interés (formar) a través del humor (entretener).

El objetivo de vender

Un cuarto objetivo (que no debo dejar escapar en honor a mi profesor de periodismo, Henry Horario Chávez) es «vender».

Este se entiende como la necesidad y oportunidad de las empresas para ser rentables. La comunicación exige esfuerzos y estos deben ser recompensados. Ahora, la recompensa no necesariamente es monetaria; cada uno define cómo obtiene ese beneficio.

En el caso de la «Escuela Digital» de e-Lexia.com, nuestro «retorno de la inversión» va sobre el reconocimiento de la marca, la posibilidad de participar en proyectos edu-comunicativos y los apoyos económicos que podamos recibir a través de donaciones.

Otros profesionales pueden considerar la «venta de ideas».

Otros objetivos de la comunicación

Para finalizar, como se mencionó al inicio, algunos profesionales listan diferentes objetivos de la comunicación. Algunos de ellos:

• Persuadir o convencer.
• Motivar o animar.
• Estimular.
• Aclarar.
• Negociar.
• Facilitar.
• Conectar.
• Concienciar.
• Expresar.
• Inspirar.
• Entender.
• Fomentar el cambio social.
• Crear identidad cultural.
• Generar interacción.
• Crear y fortalecer marca.

A modo de cierre

Definitivamente, la comunicación permea todas las realidades humanas. Ella está presente en cualquier momento y lugar, sea en una comunicación intrapersonal o un evento social que convoca a miles de personas. ¡Somos seres comunicantes!

Los objetivos de esta acción son múltiples, pero pueden agruparse en tres grandes elementos: informar, formar y entretener. Un cuarto objetivo es vender.

Aunque la gran mayoría de las personas tienen habilidades para comunicarse efectivamente, es importante contar con profesionales que logren un manejo preciso de los datos, las informaciones y las narrativas para lograr conexiones comunicativos veraces, suficientes, oportunas y pertinentes.

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Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
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