¿Qué es el Dublin Core? Las bases del SEO

Una de las grandes preocupaciones de los generadores de contenido en línea va sobre la visibilidad de sus recursos en las Páginas de Resultados de Motores de Búsqueda – SERP (por sus siglas en inglés).

En términos sencillos, los creadores esperan que sus producciones digitales aparezcan en las primeras posiciones de servicios como Google, Bing y YouTube, aumentando las posibilidades de generar tráfico a sus medios de comunicación.

Para lograr esto, la respuesta inmediata es el SEO, entendido como la técnica de producción y publicación de contenidos que busca persuadir a los buscadores para indizar y recuperar la información de manera suficiente y oportuna.

Sin embargo, es posible ampliar la respuesta, abordando conceptos semánticos, como los micro formatos y los metadatos. Estos últimos son el objetivo de esta entrada.

¿Qué son los metadatos?

Para hacerlo sencillo, los metadatos se entienden como el conjunto de datos que describen un recurso; datos que no necesariamente se presentan de manera explícita.

Por ejemplo, son metadatos de una persona:

• Nombres y apellidos.
• Edad.
• Nacionalidad.
• Estatura y peso.
• Gustos e intereses.

De igual manera se pueden identificar datos de un recurso editorial. Asuntos como el autor, la editorial y la fecha de publicación son metadatos.

¿Para qué sirven los metadatos?

Resumiendo todo lo anterior, los metadatos permiten identificar de manera suficiente un recurso, aumentando la precisión de los sistema de indización y recuperación de recursos.

Por ejemplo, gracias a los metadatos es posible indicar el idioma de este artículo. Incluso, puede hacerse sin necesidad de anotar -de manera explícita- esta característica.

En esencia, el lector no identifica el dato, pues está oculto (está en el código de la página web). Sin embargo, Google es capaz de leerlo y utilizarlo para clasificar el texto dentro de los resultados de búsqueda en español.

Lo mismo puede suceder con la materia o asunto de este contenido, que es un metadato.

Un usuario podría realizar búsqueda del tipo: “Cómo mejorar la visibilidad SEO de mi sitio web” y este artículo estaría dentro de las consideraciones del motor de búsqueda.

¡Para esto sirven los metadatos!

Ahora, Google y los grandes motores de búsqueda no son los únicos destinos de esta técnica. Cada vez son más los sitios web que tienen su propio mecanismo de recuperación. Este blog es ejemplo de ello.

Pero la mejor aplicación son los sitios web que listan artículos científicos. Allí toman especial relevancia los metadatos.

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¿De qué trata el Dublin Core?

El Dublin Core es un modelo de identificación y descripción de recursos ampliamente conocido y utilizado por sistemas de información, especialmente académicos, que integra 15 definiciones semánticas descriptivas.

En otras palabras, es un estándar de metadatos que orienta a los creadores de contenidos en la descripción de sus producciones y ayuda a los sistemas de recuperación a organizar sus directorios de manera ordenada y conservando sentido (semántica).

Las 15 definiciones que trae en Dublin Core se pueden agrupar en tres categorías: contenido, propiedad intelectual e instanciación.

En Dublincore.org es posible conocer todos los detalles de esta iniciativa.

Las definiciones del Dublin Core

El conjunto de datos que propone esta técnica es:

Autor: indica la persona natural o jurídica que ha logrado la producción intelectual.

Cobertura: se refiere al alcance espacial y temporal del recurso. El primero se refiere a una región geográfica y el segundo, al contenido (diferente a la fecha de creación).

Colaboradores: son las personas u organizaciones que participan en la producción intelectual del recurso de manera significativa, pero que no clasifican como autores.

Derechos: hace referencia al licenciamiento que ampara la producción intelectual. Puede ser una URL donde se especifican los términos y condiciones de uso del material.

Descripción: se trata de una descripción en prosa del recurso. Se recomienda que esta no supere los 160 caracteres.

Editor: es la persona o agrupación que se encarga de la publicación y disponibilidad del recurso en la red. También se puede llamar “Publicador”.

Fecha: especifica la fecha de publicación del recurso. Es diferente a la cobertura temporal.

Formato: precisa el formato del recurso, indicando qué software o hardware se requiere para la visualización.

Fuente: en caso de una obra derivada, aquí se identifica el recurso que sirve como punto de partida. En caso de tener varias fuentes, es posible repetir el metadato las veces que sea necesario.

Identificador: sirve para identificar, de manera unívoca, el recurso. Puede ser la URL o el ISBN, entre otros.

Idioma: indica el idioma del contenido. En caso de tener varios, es posible repetir el metadato.

Materia: menciona el asunto que aborda el contenido. Para ello es recomendable utilizar palabras claves que respondan a un conjunto de términos controlados.

Relación: conecta el recurso con otros que guardan relación semántica entre sí.

Título: es el nombre que asigna el creador a su producción.

Tipo: define la categoría del recurso. Por ejemplo: texto, audio, video, animación; noticia, informe especial, crónica, entrevista.

A modo de cierre

Es casi 100% seguro que cualquier producción intelectual tiene respuesta a cada uno de los metadatos que propone el Dublin Core.

Sin embargo, son pocos los contenidos en la web que logran describirse correctamente, afectando la experiencia de usuario y los esfuerzos que se realizan en términos de SEO.

Lo que continúa (que es excusa para una nueva entrada) es implementar esta solución, que exige un poco de código de lenguaje de marcado.

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Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
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