Otros consejos en la producción de texto web
Continuando con el ejercicio, comparto cinco nuevas consideraciones en el proceso de diseño y producción de recursos digitales en texto. En una entrada anterior mencioné las cinco primeras.
Estos consejos buscan mejorar la experiencia de los usuarios -en términos de legibilidad, contraste, comprensión y acción- y optimizar las características técnicas del texto, para ser indexado y recuperado por los motores de búsqueda (podemos llamar esto: SEO).
Comencemos:
Uso de la negrita y el subrayado
¿Cuál es el uso de la negrita y el subrayado en la producción de textos web?
Según Jakob Nielsen, autor de varios libros sobre usabilidad web, la negrita se utiliza para destacar un término o un concepto. Por su parte, el subrayado se aplica sobre palabras que sirven de enlace a otros recursos (vínculos).
Según lo anterior, la aplicación de la negrita puede suponer un dolor de cabeza para los productores de contenido, pues es inevitable pensar que todo lo que se escribe es digno de destacar. Pero ¡calma, no todo lo que brilla es oro!
Hay que ser estratégico y marcar aquellas palabras que permitan al usuario recorrer el texto en busca de conceptos claves.
En el ejercicio puede darse cuenta que las palabras en negrita son las mismas palabras claves asignadas para el texto, pero no por ello deben marcarse todas las veces que aparezca: con una palabra en negrita es suficiente. Eso sí, sepa bien cuál de ellas marca. Recuerde que la intención es permitir la buena lectura.
Y sobre el subrayado, seré breve: este decorado solo se utiliza para marcar semántica y visualmente los enlaces. Solo para eso. Hágame caso.
Faltas ortográficas
En la red convergen profesionales de todas las áreas del conocimiento y todos -sin excepción- deben esforzarse por crear contenidos de alta calidad lingüística.
Pero ¿por qué debe escribir bien un deportista, por ejemplo? Fácil, para evitar mal entendidos. Una coma mal ubicada o la ausencia de una tilde pueden provocar desde la más cómica hasta la más angustiante situación.
En mi blog he encontrado múltiples errores ortográficos y de redacción. Ello me ha costado llamados de atención de lectores y uno que otro tuit corrigiendo el artículo. Pero, afortunadamente, nada ha pasado a mayores.
Incluso, he optado por tener un proceso de revisión editorial previo a la publicación, gracias al apoyo de mi novia, que tiene un buen ojo para identificar dónde falta o sobra algo. Es más, este artículo será revisado por ella antes de su publicación.
Insisto, la intención de escribir bien es evitar mal entendidos.
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Sea directo
«No hay que dar tantas vueltas» para presentar un tema. Hay que abordarlo de manera directa, sencilla y concisa.
En los primeros párrafos se da respuesta a las preguntas: ¿qué, quién, dónde y cuándo? En los siguientes, se desarrolla y profundiza la idea, es decir, se respuesta a las preguntas: ¿cómo? ¿por qué? y ¿para qué?
Los periodistas llaman esta técnica de escritura la «pirámide invertida», pues inicia desde lo general y continúa a lo específico.
Extensión del texto
Hay que procurar no crear contenidos muy extensos. Esto, además de ser poco atractivo, puede dificultar la lectura.
Google recomienda que una página web (diferencias entre página y sitio web) contenga entre 500 y 700 palabras. Esto equivale a dos o tres páginas tamaño carta.
Si el texto supera esta medida hay que considerar una nueva página (o entrada, para el caso de los blogs) y conectar ambas con enlaces claros.
Jerarquía de contenidos
Si es de los que hace mucho estudió HTML y -tal como sucede con el trinomio perfecto cuadrado- aún está esperando el momento en que pueda utilizar el conocimiento, le tengo buenas noticias: aquí va a utilizar las etiquetas de encabezado de una manera práctica, estratégica y responsable.
La jerarquización busca identificar y marcar unidades de contenido en la misma página, es decir, fragmentar el texto en subtemas. Esto permite al usuario -nuevamente- recorrer el contenido de manera ágil, en busca de una información precisa.
Por ejemplo, en una receta para un torta de chocolate los subtemas pueden ser:
- Presentación y bondades
- Ingredientes
- Preparación en horno a gas
- Preparación en horno eléctrico
- Crema decorativa
- Cómo servir
Cada elemento es un subtema de «Preparando una torta de chocolate».
Pero ¿dónde entra el HTML? Le cuento:
el título de la entrada es un <h1>
<h1> Preparando una torta de chocolate </h1>
Y los subtemas, <h2>
<h2>Presentación y bondades</h2> <h2>Ingredientes</h2> <h2>Preparación en horno a gas</h2>
Ahora, si los subtemas se pueden fragmentar aún más se utiliza <h3>
. La división del texto puede llegar hasta <h6>
.
Conclusión
Como lo mencioné en la primera entrada, la producción de contenidos no es una tarea sencilla. El proceso requiere habilidades comunicativas, creativas y técnicas, que -comúnmente- realiza una misma persona.
Pero lo importante aquí no son las habilidades en comunicación, diseño gráfico o marcado semántico en HTML, lo realmente importante es el conocimiento de la audiencia: qué quieren leer, cómo lo quiere leer, en qué formatos y con qué tono se siente más cómodo, entre otras.
¿Qué otras consideraciones podría anexar? Los invito a escribirlas en la caja de comentarios.
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Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
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