Icono libros. Fondo teclado

Herramientas de evaluación educativa

Hace un par de semanas que no compartía una entrada. He estado un poco ocupado con el diseño de nuevos productos digitales, donde he incluido mi blog.

Por ahora comparto un nuevo ejercicio académico que realicé para el curso en «Evaluación y efectividad del aprendizaje virtual» que coordina la profesora Katiuska Fernández M. Hace parte de una serie de ensayos sobre el tema. Los otros dos fueron en equipo y estoy a la espera de la aprobación de los compañeros para su publicación. Espero sea de interés.

Introducción

Teniendo como referente algunas reflexiones sobre la evaluación, presentadas en anteriores ensayos, este texto pretende aportar nuevas interpretaciones sobre la evaluación y sus herramientas de aplicación, bajo el marco del curso “Evaluación y efectividad del aprendizaje virtual” de la Maestría en Dirección y Producción de e-Learning de la Universidad Galileo. Para ello se propone tres preguntas problematizadoras:

  • ¿Cuándo utilizar los instrumentos de evaluación?
  • ¿Cuáles instrumentos de evaluación debo utilizar en el e-Learning?
  • ¿Cómo pueden calificarse cualitativamente las actividades de los estudiantes cuando los resultados hay que presentarlos en porcentajes?

Este texto es una primera interpretación de una lectura y breve investigación sobre el tema, pues la evaluación –como se ha dejado entrever en las actividades académicas del curso en mención- supone un escenario tan extenso y profundo como cualquier acción pedagógico – didáctica.

¿Cuándo evaluar?

Tratando de dar respuesta ordenada a las cuestiones que comparte el ejercicio académico, la evaluación –como lo comentan algunos autores, entre ellos Casanova (1998) y Landín (s.f.)- es un proceso que requiere una presencia permanente en cada proceso, sea de orden empresarial, educativo o personal. Aquí es preciso recordar que uno de los objetivos de la evaluación es identificar y diagnosticar el rendimiento de un proceso, valorarlo (cuantitativa y/o cualitativamente) y tomar decisiones que impacten en su mejoramiento, sea en corto, mediano o largo plazo. La evaluación como instrumento de hallazgo se convierte en una estrategia que, independiente de su entorno, requiere una aplicación y seguimiento permanente.

En términos de producción empresarial, la evaluación está inmersa en procesos y procedimientos de calidad, la cual busca –entre otros- evitar errores en el diseño y producción de piezas (por ejemplo) evitando re-procesos que –sin lugar a duda- significan aumento en los costos de producción.

Extrapolando lo anterior a un escenario académico la evaluación educativa, como herramienta compleja, colaborativa, reflexiva y organizativa (Mateo, en Landín, s.f.)- que permite determinar el “grado de cumplimiento de los objetivos educativos que previamente se especifican y aplican” (Taylor, en Landín, s.f.), y siguiendo un ideal del calidad educativa, debe aplicarse constantemente en el ejercicio de enseñanza – aprendizaje, incluyendo en este todas las aristas misionales que supone el ejercicio educativo, como: lo administrativo, docencia, investigación y extensión.

¿Por qué evaluar?

Enfocando la presente reflexión en el principal componente misional de las instituciones educativas: la docencia, la evaluación descubre su importancia en la posibilidad de identificar, diagnosticar y permitir acciones para el mejoramiento del proceso de enseñanza (profesores) y aprendizaje (estudiantes), procurando aumentar la calidad del proceso y beneficiando la experiencia de los actores. Aquí es donde la evaluación adquiere un valor que no es explícito en el imaginario de la comunidad académica.

Para Quesada (1995) “la evaluación educativa es un proceso con el propósito de obtener información que fundamente juicios de valor para la toma de decisiones en un campo bien definido: planes y programas de estudio, profesores, alumnos, instituciones, etc.” Claramente identifica la evaluación como una herramienta que permea todos los espacios académicos.

Un ejemplo de la inmersión que hace la evaluación en el sistema educativo son las autoevaluaciones que realizan las instituciones de educación superior en busca de acreditaciones de calidad, a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, el programa en Comunicación Audiovisual y Multimedia de la Universidad de Antioquia (Colombia) actualmente está adelantando su proceso de autoevaluación con miras a la acreditación de calidad que otorga el Ministerio de Educación Nacional. Esta actividad busca, entre otras, conocer la experiencia de estudiantes y profesores en su proceso académico. Los resultados (al menos en un ideal) permitirán que la administración de la Universidad y la Facultad de Comunicaciones (donde está inscrito el programa) tomen decisiones de mejoramiento e innovación educativa que impacten el currículo, entendido el currículo como “todo aquello que significa aprendizaje” (Unigarro, s.f.)

Sin embargo, siguiendo con el ejemplo, estos procesos de autoevaluación se realizan coyunturalmente, es decir, la autoevaluación con miras a la acreditación institucional se realiza, precisamente, cuando se piensa en la acreditación. Esto supone silencios de meses (y a veces años) donde la Facultad y la Universidad desconoce qué está pasando “en los pasillos”. Ahora corresponde llevar este escenario a una aula de clase: ¿La evaluación educativa en un aula de clase responde a eventos coyunturales: parcial en la semana 8, final en la semana 16?

¿Sucede lo mismo en el e-Learning

Entendiendo que la educación virtual trae consigo sus propias dinámicas y modelos pedagógicos (como el conectivismo), la evaluación para ambientes virtuales de aprendizaje – AVA supone algunos ajustes y (re)diseños de orden administrativo, tecnológico y pedagógico. Sin embargo, su esencia permanece. Es decir, la evaluación –independiente de modelo y el entorno de aprendizaje (inclusive en las diferentes variaciones de la educación virtual) busca un mismo propósito: la valoración y toma de decisiones sobre procesos de enseñanza – aprendizaje.

En este sentido, el e-Learning requiere la presencia (aplicación) permanente de procedimientos de evaluación. Inclusive, esta metodología exige nuevos elementos a valorar, pues los entornos de aprendizaje electrónico agregan –como se mencionó- elementos propios. Por ejemplo, pensar en experiencias de usuario en ambientes digitales integra sensaciones con la usabilidad, la interoperabilidad, la accesibilidad y la navegabilidad; conceptos de diseño que están estrechamente vinculados con el rendimiento del estudiante y el profesor (tutor). Sin embargo este tema es asunto de un nuevo ensayo.

¿Necesitas asesoría en educación virtual?

Apuesta por una experiencia de enseñanza – aprendizaje significativa, aprovechando las narrativas digitales y las posibilidades de la web.
Conversemos

¿Qué instrumentos de evaluación utilizar en el aula de clase?

Como lo menciona Biggs (2012), “el método óptimo de evaluación es el que cumpla sus objetivos (…) ¿Sus objetivos están constituidos por conocimientos declarativos, por conocimientos funcionales o por ambos?”. En este sentido, podemos afirmar además que los instrumentos de evaluación están vinculados al modelo pedagógico institucional y su relación con los programas del curso (en palabras más precisas, al currículo y al micro-currículo).

Continuando con la pregunta, se hace preciso anexar otras cuestiones que deben considerarse al momento de elegir el método y herramienta de evaluación. Citando nuevamente a Biggs (2012) cabe preguntar:

  • ¿Evaluación ERN o ERC?
  • ¿Cuantitativa o cualitativa?
  • ¿Holística o analítica?
  • ¿Convergente o divergente?
  • ¿Contextualizada o descontextualizada?
  • ¿Evaluados por el profesor o autoevaluados o evaluados por los compañeros?
  • ¿Consecuencias?
  • ¿Con limitación de tiempo? ¿Vigilados?

La respuesta a estas preguntas (y quizás más, de acuerdo al modelo pedagógico) dará una práctica orientación sobre la herramienta(s) ideal(es) para la evaluación.

Volviendo al programa en Comunicación Audiovisual y Multimedia de la Universidad de Antioquia revisemos un ejercicio académico: El Pitch. Este es un evento que se realiza una vez por semestre y busca que los estudiantes (en grupo) compartan con el colectivo de profesores sus propuestas de trabajo final. Aunque la actividad no es sumativa y no arroja una retroinformación formal, es válida para el ejercicio, tomando como referencia las preguntas que propone Biggs. Para ello es importante iniciar con el objetivo del ejercicio:

  • Objetivo: Formular un proyecto de investigación y producción comunicativa digital, sea multimedia, hipermedia, crossmedia y/o transmedia, que sea pertinente, oportuna y esté alineada con los valores institucionales de la Universidad.

Miremos las demás preguntas:

  • ¿Evaluación ERN o ERC? La actividad se ubica en la evaluación referida a criterios, pues el estudiante presenta un proyecto que da evidencia del aprendizaje y expectativas de aprendizaje en todos los cursos del módulo, donde se mezclan los conceptos, prácticas y experiencias.
  • ¿Cuantitativa o cualitativa? En el ejercicio prima la retroinformación, la cual busca que identificar y proponer el mejoramiento de aspectos débiles o dificultades que pueden afectar el correcto diseño y desarrollo de la experiencia digital.
  • ¿Holística o analítica? Para este caso la evaluación es holística, pues ve la formulación del proyecto como un todo que agrupa las competencias y contenidos de los cursos del módulo en curso.
  • ¿Convergente o divergente? Lo divergente juega un papel fundamental aquí pues supone la presencia de otras competencias como la creatividad, la originalidad y el atractivo estético (Biggs, 2012)
  • ¿Contextualizada o descontextualizada? De acuerdo a la investigación de audiencias (con sus propias dinámicas) la evaluación precisa ser contextualizada.
  • ¿Evaluados por el profesor o autoevaluados o evaluados por los compañeros? Aquí la evaluación es emitida por el colectivo de profesores, quienes presentan –desde su asignatura- conceptos cualitativos, buscando una evaluación formativa.
  • ¿Consecuencias? Esta evaluación busca fortalecer las propuestas de proyecto final, identificando su viabilidad académica, investigativa, operativa y financiera.
  • ¿Con limitación de tiempo? ¿Vigilados? El ejercicio del Pitch tiene una limitación de tiempo y es acompañado por el colectivo del profesores del módulo.

El paso a continuación es la selección de la(s) herramienta(s) que se aproxime(n) al cumplimiento del objetivo de aprendizaje.

Para el caso del Picth la presentación es una herramienta ideal en este caso. Según Biggs (2012) “la presentación en clase se evalúa en relación con el contenido que se transmite y el grado de perfeccionamiento de la comunicación (…) las presentaciones de los estudiantes son más adecuadas para los conocimientos funcionales que para los declarativos”.

¿Qué herramientas aplican para e-Learning?

En general, la educación virtual acoge las mismas herramientas de evaluación de la modalidad presencial. Según Meriño, Lorente y Gari (2011) “varios son los instrumentos empleados por los docentes en los distintos tipos de enseñanza, entre ellos cabe destacar a las pruebas operatorias que tienen la finalidad de comprobar las habilidades de los estudiantes para operar con los contenidos aprendidos; el análisis y solución de casos muy útil para el desarrollo de capacidades y habilidades del pensamiento; los mapas conceptuales utilizados para la presentación de las relaciones entre conceptos; los portafolios para la compilación de trabajos realizados por los estudiantes durante un período que evidencian el avance de los mismos en el proceso de aprendizaje. Los proyectos, las entrevistas, los diarios, las bitácoras, los debates, así como los talleres y los ensayos son algunos de los instrumentos más utilizados para evaluar a los estudiantes durante el proceso de enseñanza aprendizaje”.

De manera casi obvia, la virtualidad exige una migración – adaptación – (re)diseño de estas herramientas, por lo que muchas de ellas no conservan el 100% de los elementos de su antecesora (la mera virtualización –cambio de medio- ya supone un cambio en su forma). Las herramientas de evaluación e-Learning agregan mínimamente una mayor experiencia interactiva (sea interacción o interactividad).

Un caso de herramienta de evaluación para AVA son los portafolios electrónicos, quienes se han convertido en la “panacea académica” pues da respuesta a diferentes características propias de la metodología: el trabajo colaborativo, participativo, social y oportuno. Sin embargo el panorama no es tan alentador, pues nuevas herramientas de evaluación exigen procesos que van desde el cambio de paradigmas, alfabetización y adaptación tecnológica. El camino comienza a construirse.

En conclusión, la metodología de aprendizaje no afecta la selección de la herramienta; la piedra angular se ubica en el objetivo de aprendizaje. Luego, a medida que se van respondiendo algunas preguntas sobre las consecuencias y metas de evaluación, se llega al medio. Al final la herramienta es el medio y no el fin.

Tweets sobre e-Learning. Libro gratuito. Autor: Juan Carlos Morales S.

Tweets sobre e-Learning

Descarga este libro electrónico de acceso libre, donde se presentan ideas, conceptos, experiencias y casos de éxito sobre la educación en línea.
Obtener una copia

Apéndice

Por último demos respuesta a: ¿Cómo pueden calificarse cualitativamente las actividades de los estudiantes cuando los resultados hay que presentarlos en porcentajes? Aquí la respuesta es breve: las rúbricas.

Biggs (2012) propone que los ejercicios de evaluación –desde su diseño- sean claros en sus objetivos de aprendizaje, que permitan establecer categorías y escalas de puntuación de acuerdo al grado de rendimiento en el proceso. Así, en caso de requerir una presentación de resultados cuantitativa, el profesor y el estudiante pueden “traducir” los porcentajes en descripciones cualitativas y viceversa.

Bibliografía

  • Biggs, J. (2012). Calidad de aprendizaje universitario. Narcea.
  • Casanova, M. (1997). Manual de evaluación educativa. Madrid: Paidós educador.
  • Hernández, M., Amezcua, J. & Vega, A.. (2012). Aprendizaje Colaborativo Derivado de la evaluación e-Learning. Revista electrónica de ADA-Madrid, Vol 6, No 4, 329-337.
  • Landín, M. (2010). Estudios recientes en educación superior. Una mirada desde Veracruz. México: Universidad Veracruzana.
  • Meriño, Y; Lorente, A.; Gari, M. (2011) Propuesta de instrumentos de evaluación para entornos virtuales de aprendizaje: una experiencia en la universidad de las ciencias informáticas. Revista de Informática Educativa y Medios Audiovisual, Vol. 8 (15). Págs 1 – 8.
  • Quesada, R. (1995). La formación de profesores como expertos en docencia y en comunicación educativa para el sistema educativo mexicano. Alternativas, 10, 45-56.
  • Unigarro, M. (2014) ¿Qué es un proyecto educativo institucional? Disponible en YouTube.

¿Tienes una pregunta sobre el artículo? Cuéntanos en los comentarios. Además, si buscas información sobre un tema y no está disponible, anótalo a continuación para agregarlo a nuestra agenda de contenidos.

Tu aporte nos permite crear contenidos. Tu apoyo desde Nequi

Apoya la producción de la Escuela Digital desde PayPal.me

Con una taza de chocolate todo sabe mejor ¿Nos invitas a una?

¡Vamos por los 20.000 suscriptores en YouTube! Suscríbete

Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
YouTube | LinkedIn | Instagram | Twitter

Licencia Creative Commons Herramientas de evaluación educativa por juancadotcom se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional. Basada en una obra en https://e-lexia.com/blog.

5 respuestas a «Herramientas de evaluación educativa»

  1. Que buen post @juancadotcom

    Es cierto, el proceso de evaluación es una tarea larga que viene desde un diseño de los e-profesores… mi pregunta es: ¿a qué hora vamos a realizar tantas tareas?

    Gracias por compartir tus experiencias académicas en el blog.

    saludos desde Lima

    1. Hola Pedro.

      Gracias por comentar el artículo.

      Tal como lo comentas, el proceso de diseño de actividades de evaluación educativa requiere un tiempo prudente del docente (o el grupo encargado de ello).

      La evaluación no debe ser vista como un requisito administrativo, que debe cumplirse en la semana 8 y la 16 (por dar fechas al azar). Esta actividad de aprendizaje debe considerarse como critica, estratégica y vital en el proceso de enseñanza – aprendizaje pues sus resultados aportan al mejoramiento del mismo y la experiencia de profesores y estudiantes.

      Ahora, también tenemos que pensar en los tiempos que vienen después de la evaluación: la valoración de los resultados y la retroinformación a los estudiantes.

      A veces nos enfocamos en los créditos académicos de los estudiantes: 48 horas por semestre. Pero ¿cómo serán los “créditos académicos” de los profesores?

      Seguimos en contacto.

      Saludos

      Juanca (@juancadotcom)

  2. Muchas gracias por compartir en twitter el artìculo. Hace muchos días no escribías en tu blog y estaba por escribirte.

    El tema de hoy es muy importante para quienes trabajamos en educación virtual. Tu exploración bibliográfica es amplia y me ayuda a seguir trabajando en el tema. Gracias.

    Alberto.

    1. Hola Alberto.

      Muchas gracias por comentar el artículo. He estado un poco distante del blog, pues tengo otros proyectos (que están asociados a e-Learning y comunicación digital).

      Te invito a revisar con detalle el post y dejar tus preguntas, anexos o cualquier otro tema. Gracias.

      Saludos

      Juanca (@juancadotcom)

Responder a juancadotcom Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Icono de soporte y atención. Dirige al formulario de contacto de e-Lexia.com Contacto
Logo de e-Lexia.com: Regresar al inicio del sitio web Inicio