¿Por qué no hablar de web 2.0?
Hace unos días recibí esta inesperada pregunta de una ex-alumna de comunicación: “Juan ¿por qué dices que la Web 2.0 es algo obsoleto?
Al principio me costó responder -debo reconocerlo- pues hace meses no reflexiono sobre el tema. Es más, pensé que esa discusión ya estaba cerrada, pues el concepto de web 2.0 data el 2003 y cualquier mención es “llover sobre mojado”.
De todas formas me animé y le compartí algunas aproximaciones.
Hoy, con más calma, me aventuro a escribir algunas líneas sobre el tema y a dejar en claro -nuevamente- por qué la web 2.0 es algo del pasado. Esta entrada va dedicada a mi ex-alumna ¡Éxitos en tu investigación!
¿Qué es la Web 2.0?
Para crear comunidad semántica, entendamos la web 2.0 como un fenómeno social que tomó lugar en los primeros años de la década del 2000. Este fue provocado por la aparición -no espontánea sino acumulativa- de tecnologías y servicios web, como los blogs, las redes sociales y la folcsonomía, que abrieron nuevas posibilidades para los usuarios.
Y aunque algunos académicos consideran este concepto como una correspondencia sobre un hito tecnológico, prefiero definirlo como un evento social. Eso sí, no quiero desconocer el aporte de diseñadores y desarrolladores web, pues crearon espacios electrónicos que fueron la piedra angular en esta transformación.
Sin embargo, el gran cambio sucede en lo social, pues empresas, medios de comunicación y usuarios adaptan sus actitudes y aptitudes a un nuevo escenario, donde la participación y la colaboración son los comunes denominadores.
La web 2.0 significa que todos los actores que convergen en la red mundial de información puede crear, compartir y valorar contenidos. No importa la condición, pues las posibilidades de interacción se democratizaron.
Es así como el concepto “consumidor” se ve relegado a los medios de comunicación e información tradicionales y hace aparición el término “prosumidor”, entendido como el usuario que produce y consume contenidos.
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Aproximaciones a la web 3.0
Si en la década de los 90 existió la web 1.0 y a inicios del siglo XXI, la web 2.0, era apenas predecible que en los últimos años se acuñara el término web 3.0, para hacer referencia a un nuevo hito en la historia del Internet.
Sin embargo, pese a que el concepto existe en la discusión académica, aún no hay claridad sobre lo que encierra y si estamos o no presenciando la nueva versión. Algunos consideran que la web 3.0 engloba tecnologías de Web 3D, otros sobre Web Geolocalizada, algunos en temas de Inteligencia Artificial y otros más en la Web Semántica.
Pero, independiente de la tecnología (o la sumatoria de ellas), vuelvo a considerar que el hito se centra en lo social. ¿Por qué? Porque la tecnología -en su ideal- está diseñada para atender a los usuarios, a las personas. Si no hay uso de ella, no hay un cambio representativo en la historia y no se marca un hito.
Ahora, si hay que enmarcar la nueva web en un escenario tecnológico, me inclino por ubicar a la web semántica en el núcleo de esta próxima versión de la red mundial. ¿Por qué? Porque esta tecnología busca agregar oportunidad, pertinencia, coherencia y cohesión a la experiencia del usuario, tal como lo planteó Tim Berners-Lee al diseñar el lenguaje de marcado HTML.
Lo obsoleto de la discusión
Habiendo expuesto algunos conceptos y posiciones (más adelante me concentraré en una publicación sobre la web semántica), se plantea la discusión sobre la obsolescencia de la web 2.0.
En lo personal, considero que el hito 2.0 es algo que está -más que- inmerso en la web.
Los nuevos proyectos digitales integran -por defecto- características que posibilitan a los usuarios interactuar con las marcas, generar contenidos multimedia y construir comunidades de conocimiento alrededor de un interés.
Definir la web sin plataformas como Facebook, Twitter y YouTube no tiene espacio, tanto en lo académico como en lo empresarial. Las redes sociales llevan años ayudando en la construcción de este entorno global hiperconectado.
La blogósfera se ha descentralizado la exposición de contenidos y opiniones. Hoy los medios masivos de comunicación no son dueños únicos de la información, pues comparten su quehacer y audiencias con pequeños y medianos autores, que apuntan a consolidar nano – audiencias.
La relación entre contenidos, gracias a la folcsonomía, ha potenciado la lecto-escritura hipertextual. La información se conecta, se profundiza y amplía a lo largo y ancho del planeta. La web elimina las fronteras del conocimiento.
¿Qué hace falta por discutir? La web 2.0 es como la calidad en la oferta de un producto de un servicio: no es un valor agregado, es algo que está presente por defecto.
Como lo dije a un grupo de alumnos: “Si alguna vez los invitan a una conferencia sobre web 2.0, no asistan… perderían el tiempo”. Ahora, si hay desconocimiento del tema, pues habrá que conocer, pero no quedarse allí.
Definir, entender, aplicar y superar la web 3.0 es lo que debe ocupar a las escuelas y empresas. Al menos es mi posición.
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Por:
Juan Carlos Morales S.
Comunicador y educador
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